Diseccionada,
aderezada
con saliva imaginaria,
rebosada de pulpas,
rehogada en cualquier ojo,
trozada
con la sal incisiva
de cualquier lengua,
ahogada en ningún llanto;
aquí estoy
muerta de hambre
servida
en bandeja de plata.
Imagen:Obra de Karina Marandjian
Me rindo ante tus poemas Beatriz.
ResponderEliminarSeguiré de cerca estos grandes poemas.
Lo bueno breve, dos veces bueno.
Gracias por compartir-te.
Un saludo.
Gracias por tu lectura, Jesús.
ResponderEliminarDe puro placer por la palabra,
me comparto... Saludos.