viernes, 30 de enero de 2015

Celenterada

De la hora más negra
se sostienen
pequeñas piedras de luz.
La gota balbucea,
dactilares me hablan al oído,
un aguacero brota
de la garganta seca de mi mano
y mis muslos me abandonan
como sardinas ebrias;
el sueño llega a mí,
celenterado,
sobre esta sábana a la que me adhiero.








Imagen: Obra de Milan Nenezic

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