martes, 20 de mayo de 2025

Una chica en el tren

 

En el tren va sentada una chica pelirroja

de rostro largo y pálido

que tiene la mandíbula de los Habsburgo.

Lleva puestos unos jeans

y una camisa a cuadros azules y magenta.

Va leyendo y no le veo los ojos.

Las pestañas son rubias

y las manos son grandes.

Posa sus dedos largos

sobre las páginas del libro mientras lee.

A ratos se humedece

los labios rosados con la lengua

y entonces son más rosados todavía.

El tren se detiene por unos minutos

pero no me importa;

voy a la librería más antigua de Chicago

y, mientras miro a la chica,

quisiera encontrar

en la sección de libros raros

uno sobre la casa real de los Habsburgo

y su descendencia endogámica.

Ella sigue leyendo

negándome el color de sus ojos.

El tren va subterráneo y rápido

y los demás van sentados en su mundo

soñando, sufriendo, descansando

sobre el azul de los asientos.

Hemos salido de la oscuridad

y a través de la ventanilla

puedo ver la cúpula

de la iglesia de San Alfonso.

Entonces la chica pelirroja

lleva puesto un vestido negro

con mangas abullonadas

y el corpiño bordado con hilos de oro.

El tren llegará pronto a mi parada.

Tendré que salir a la estación

y ella se quedará sola leyendo.

Saldré a mis libros viejos

y al frío de la calle

y ella no me mirará nunca.


Pixabay SAYDUNG


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