Con esas astillas
que brotan de tu espalda
y esa lanza que cuelga de tu pecho,
ese ruido que sale de tu oído,
la saliva y el aire
que escurren de tu boca
y tu lengua que muerde
ese hueso que sale de tu ojo;
codo con codo,
seco, distendido
tu vientre tragándose
a sí mismo
y esas piedras
pegadas a tus pies,
es increíble, cómo flotas.
Imagen: Obra de Karina Marandjian