no te quedes ahí,
donde te pongo.
Ensaya un movimiento de gigante
con la sencilla arma de tu cuerpo.
Pequeña o nada soy.
Tu pie sobre mi oreja
me dejará escuchar
el silbido del viento;
cómo se desmorona la materia.
Si ves que alzo el vuelo,
persígueme, palabra,
sujétame con fuerza;
perfora un poco más,
quiebra un poco más,
desgarra un poco más,
sé tú, palabra.
Déjame en carne viva,
insísteme
y entonces,
cobíjame de nuevo
en el perfecto círculo que te define,
donde se siente otra vez la sangre tibia.
Imagen: houseofsighs.tumblr.com
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