Durante cuarenta días y cuarenta noches, mientras el arca temblaba sobre el agua y hombres y mujeres y animales se tambaleaban con sus parejas al ritmo de las olas, ella durmió tranquila entre sus brazos. Cuando acabó el diluvio y abrieron la puerta a un paisaje despoblado, se dio cuenta de que, en realidad, había entrado sola.
Son una delicia tus microsrelatos...Beatriz...cada uno más exquisito que el otro...cariños, Patricia Delaloye, Grupo Eróticos, Afroditos y Dionisíacos:
ResponderEliminar