Pálpese el rostro con las dos manos. Respire profundo. Mírese en el espejo. Es muy importante que esté usted alerta al temblor en la mano al agarrar las llaves. Por más difícil que sea, mantenga la cabeza en alto. Visualice los escalones. Estos se balancearán como un columpio, se estirarán como un acordeón; no pierda la fe de que puede salir de casa, aunque en el fondo lo dude muchísimo. ¿Siente acelerados los latidos del corazón? ¿Siente el sudor en la frente? Continúe mirándose al espejo. Tenga en cuenta que la temperatura es diferente afuera. Y que, además, es posible que no sea usted la misma persona cuando haya regresado. ¿De verdad se cree capaz de cruzar el umbral? Mientras se visualiza bajando la escalera, ¿siente que los peldaños desaparecen y usted se hunde hasta las rodillas y luego flota? Entonces adelante, abra la puerta.
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The digital artist, PIXABAY |
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