Amor ya no podría
amar a nadie más.
Aunque tú me obligaras
y me pusieras un puñal en el pecho.
Aunque me ataras de las manos
a tu caballo blanco
y me humillaras arrastrándome
hasta llevarme fuera de la ciudad
y dejaras mi cuerpo sangrando
sobre el polvo a pleno sol.
Es ridícula y anticuada
esta emoción de amor,
sabes que es improbable que hable en serio.
Aunque después de cada orgasmo,
estoy segura,
te entusiasma la idea.
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