Las cornisas de la antigua catedral están marcadas por desagradables líneas de cagada de pájaros. Hubo un tiempo en que quisieron ahuyentar a las molestosas aves para corregir el obsceno aspecto del majestuoso edificio y colocaron navajas sobre las cornisas. Al ver las navajas centelleantes a la luz del sol, los pájaros, desorientados, revolotearon un rato alrededor de las columnas, pero encontraron la manera de volver a acomodarse. Con el tiempo volvieron a formar las desagradables líneas, sólo que mientras insistían en recuperar su espacio, de las cornisas resbalaban otras líneas, gruesas y oscuras, como de sangre.
grande!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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