A veces el camino al olvido
se parece a un infierno
peor que el que mencionan los apóstoles.
Se parece a un terreno baldío
donde no hay ni árboles ni flores.
No hay agua para el cuerpo o para el alma
y tu recuerdo se hace más intenso,
se vuelve un aguijón.
Mientras busco la salida el demonio me persigue,
me asesta golpes bajos
y cuando casi estoy saliendo del desierto
y veo un río largo rodeado de palmeras
me agarra por el cuello y me devuelve
al principio del camino.
No cabe duda, estoy en un infierno
peor que el que Jehová
le tiene destinado a los infieles
y el amor alza su cetro
desde las altas cumbres, desorientándome.
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Imagen de Pixabay juanitosaa |
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